Wal-Mart The High Cost of Low Price

Acabo de ver la película Wal-Mart: The High Cost of Low Price, un documental que condena las prácticas institucionalizadas de esta empresa y que, según los productores, le han causado mucho mal a la sociedad norteamericana. El documental me pareció muy interesante tanto por los argumentos que ya había escuchado de otras fuentes como por otras revelaciones que yo no conocía y que honestamente me parecieron escandalosas:

  • Efecto en el negocio local. Cada vez que se establece una tienda Wal-Mart en una comunidad, muchos negocios independientes del pueblo se van a quiebra o pierden gran parte de su clientela. Estos no siempre son negocios pequeños; el documental presenta las historias de dueños de supermercados y otras tiendas de tamaño considerable que se vieron forzados a cerrar una vez llegó Wal-Mart. Un efecto de esto es que los centros de los pueblos se vacían por completo (al nivel que algunos parecen pueblos fantasmas), lo que nos resulta muy familiar a aquellos que vivimos en Puerto Rico.
  • Salario y horas extra. En el documental entrevistan a varios ex gerentes de tiendas Wal-Mart que explican que la política oficial de la empresa los obliga a trabajar con una escasez de empleados. A los empleados que hay se les exige que trabajen horas extra “fuera del reloj” sin cobrar tiempo extra. Los empleados entrevistados corroboran estas alegaciones, y ya han habido demandas al respecto. También es una política de la empresa mantener la mayor cantidad posible de empleados en tiempo parcial para no tener que ofrecerle los beneficios de tiempo completo. En Estados Unidos el nivel de pobreza federal es de $17,650 para una familia de cuatro; el salario promedio en Wal-Mart es de $13,861.
  • Plan Médico. El plan médico que se le ofrece a los empleados de tiempo completo es muy caro para su salario. Un empleado menciona que sencillamente no puede pagar un plan donde le sacan 75 dólares de cada cheque cuando su sueldo es de 7 dólares la hora. El plan también es inadecuado, con deducibles que tampoco el empleado puede pagar.
  • Ayudas gubernamentales. Un efecto de estas políticas es que los empleados se ven forzados a buscar ayuda de programas del gobierno como Medicaid, WIC, cupones, Plan 8 y otros para poder sostener su familia. De hecho, por política de la empresa, los gerentes deben instar a sus empleados a que utilicen estas ayudas lo más posible. En total, Wal-Mart le cuesta a los contribuyentes de Estados Unidos $1,577,000,000 al año.
  • Uniones de empleados. Dadas estas circunstancias, los empleados de Wal-Mart han comenzado a formar uniones laborales, pero la empresa mantiene una vigilancia activa sobre cualquier actividad que pueda dar indicios de que sus empleados están organizándose. Al más mínimo indicio, un gerente deberá comunicarse con las oficinas centrales. La oficina central despacha un “equipo anti-unión de respuesta rápida” que toma control de la tienda con la intención de neutralizar cualquier actividad de este tipo. Esto incluye congelar cualquier aumento de salario, la identificación de los empleados más “fuertes” o sospechosos, distribución de propaganda anti-unión dentro de la tienda, y la instalación de cámaras de seguridad. Inclusive mantienen un línea telefónica “hotline” anti-unión 24 horas al día.
  • Inmigrantes ilegales. Wal-Mart pagó 11 millones de dólares como parte de un acuerdo con el gobierno federal por acusaciones de que estaban utilizando inmigrantes para limpiar las tiendas durante la madrugada. A estas personas las encerraban en la tienda durante la noche para que realizaran los trabajos de limpieza y no podían salir hasta el otro día cuando llegaba el gerente.
  • Discrimen contra mujeres y minorías. Ahora mismo hay una demanda de clase contra Wal-Mart por discrimen contra 1.5 millones de empleadas. El documental toca este tema y el discrimen contra empleados de minorías.
  • Subsidios gubernamentales para el establecimiento de las tiendas. Wal-mart ha recibido millones de dólares en subsidios de los gobiernos locales para el establecimiento de sus tiendas. Estos subsidios usualmente incluyen la construcción de carreteras, electricidad y alcantarillados.
  • Ambiente. Wal-Mart ha tenido que pagar sobre $5 millones en multas por violaciones a las leyes ambientales.
  • “Sweatshops”. El documental presenta las pésimas condiciones de la fábricas que hacen productos para Wal-Mart en China y Bangladesh. En China, a las mujeres se les obliga a vivir en un dormitorio en muy pobres condiciones dentro de la fábrica, por el cual tienen que pagar renta, agua y luz. Si el obrero decidiera no vivir en el dormitorio, comoquiera tiene que pagar renta por él. Allí el obrero trabaja por un sueldo de 3 dólares al día (en Bangladesh aún menos), en turnos que usualmente duran más de 14 horas. A los obreros se les enseña a mentir sobre el trato y las condiciones de trabajo cada vez que viene algún inspector de Wal-Mart, pero también hay una política institucional de suavizar los hallazgos negativos. Un inspector de Wal-Mart para las fábricas de latinoamérica cuenta cómo la empresa lo obligó a esconder sus hallazgos. Wal-Mart lo despidió cuando él se negó.

Esta última es una de las secciones más tristes del documental. Considere esto: Wal-Mart importó $18 billones de China en el 2004. Un producto que cuesta 18 centavos producir se vende en Wal-Mart por $14.96. Saber esto y ver las condiciones de los “asociados” en Wal-Mart y, aun peor, las condiciones de vida de los obreros que producen estos artículos es algo desgarrador. Y resulta especialmente terrible cuando consideramos la riqueza de los miembros de la familia Walton ($102 billones divididos entre cinco personas) y el salario del CEO Lee Scott ($27.2 millones al año). Otro hecho interesante: La familia Walton recibió del gobierno federal un alivio contributivo de $91,500 por hora durante el año fiscal 2004.

El documental presenta cada uno de estos puntos junto a la retórica que utiliza la empresa por medio de anuncios de televisión ultra-sentimentales y entrevistas y apariciones de Scott, hablando de cómo Wal-Mart le da a tanta gente “la oportunidad de hacerse de una carrera y progresar en la vida”, y de cómo Wal-Mart es un beneficio para cualquier comunidad donde se encuentra. Usted puede concentrarse en los números, que hablan por sí solos, para ver más allá de todo este mercadeo, pero una mirada a este documental le conectará con lo que no dicen las cifras.

El documental termina presentando las historias de cientos de comunidades que han luchado (y ganado) por evitar que Wal-Mart se establezca en sus áreas, ejemplos que quizás deberíamos estudiar de cerca aquí en Puerto Rico.