Neutralidad de la Internet

En un artículo anterior titulado El Fin de la Telecomunicación Tradicional explicaba que el servicio que usted recibe de su proveedor de Internet es en cierta forma análogo al del correo postal. Su proveedor funciona como un simple transportador de paquetes de datos, y éste los lleva y los trae hasta su casa sin discriminar por su contenido ni de dónde vienen. A este concepto le llamamos Neutralidad de la red y si la Internet tuviera una constitución, este sería el primer artículo.

¿Por qué es tan importante este concepto? Sencillamente, esta neutralidad es lo que permite que la Internet funcione como una red abierta. Es lo que permite que cualquier compañía, grande o pequeña, pueda ofrecer servicios a través de la red con las mismas condiciones y las mismas reglas de juego, sin antes tener que hacer acuerdos monetarios con todos los proveedores de Internet del mundo.

Como dije en el artículo anterior, las compañias de Teléfono y CableTV (de donde la mayoría de los usuarios residenciales reciben servicio de Internet) están acostumbradas a cobrar un impuesto por todo lo que se vende y se compra a través de sus redes. Piense, por ejemplo, en todo el contenido que su compañía celular le trata de vender a usted a través de su teléfono (mensajería de texto, imágenes, timbres, etc.) y los precios ridículos que cobran por cualquier estupidez como esta. Por eso a ellos les molesta que usted consuma todo tipo de servicios por Internet a través de sus alambres mientras ellos sólo le cobran a usted una renta mensual fija. Ahora las más grandes compañías de este tipo en Estados Unidos (AT&T, Verizon, etc.) están cabildeando en Washington en contra de esta neutralidad. El plan es cobrarle cargos a proveedores de contenido (piense, por ejemplo, en la tienda de música iTunes, Vonage, Amazon, Google) por prioritizar su contenido en sus redes.

La amenaza es simple: “págame la cantidad que pido o voy a hacer que tu website sea más lento en mi red”. Por supuesto, esto lo han escondido detrás de mucha retórica, diciendo que los servicios de banda ancha como audio y vídeo están creando una congestión de tráfico que los obliga a invertir más en sus redes, lo que resultaría en mayores costos de acceso para los clientes (esto es falso). Pero en otras ocasiones, sus verdaderas intenciones se han dejado notar. En una entrevista con Business Week, el CEO de AT&T, Edward Whitacre, dijo:

Business Week: ¿Cuán preocupado está usted con nuevas compañías de Internet como Google, MSN, Vonage y otros?

Whitacre: ¿Cómo piensas que van a conseguir clientes? A través de un tubo de banda ancha. Las compañías de cable lo tienen. Nosotros lo tenemos. A ellos les gustaría usar mis tubos de gratis, pero yo no se los voy a permitir porque hemos invertido un capital y tenemos que generar una ganancia. Así que va a tener que haber un mecanismo para que la gente que usa esos tubos pague por la porción que usan. ¿Por qué debería permitirle que usen mis tubos?

En ese sentido la Internet no puede ser gratis, porque nosotros y las compañías de cable hemos hecho una inversión, y que venga Google o Yahoo! o Vonage pensando que pueden usar esos tubos de gratis ¡están locos!

Como bien refuta Frank Boosman, los clientes son los que pagan por el uso del tubo, y lo que AT&T quiere es cobrar doble: al cliente y al proveedor. Por supuesto, si Vonage o Amazon tienen que pagarle a los AT&T y a los Verizons, entonces de seguro subirán los precios, y el resultado es que el cliente pagará doble. El artículo de Boosman explica muy bien por qué este modelo va a herir no sólo a los grandes, sino a los pequeños también:

Es difícil exagerar cuán detrimental para la innovación sería escalonar el acceso. Nuevas compañias con recursos limitados encontrarían difícil o imposible pagar las tarifas requeridas para proveerles a sus clientes los niveles de servicio equivalentes a los de los jugadores establecidos. La Internet – posiblemente el campo de juego más nivelado en la historia del comercio – se inclinaría, para perjuicio de todos…

Otro artículo en The Nation pondera el futuro de una Internet sin neutralidad:

Bajo los planes que están considerando, todos nosotros – desde los proveedores de contenido hasta los usuarios individuales – pagaríamos más por surfear, ver vídeos o inclusive enviar e-mail. Los planificadores de la industria están ponderando nuevos planes de subscripción que limitarían todavía más nuestra experiencia en línea, estableciendo niveles de acceso “platino”, “dorado” y “plateado” que limitarían el número de descargas (“downloads”), canales multimedios (“media streams”) o inclusive la cantidad de emails que se pueden enviar o recibir.

En estos días se ha presentado en el Senado de EEUU un borrador de la nueva gran ley de telecomunicaciones que incluye grandes cambios en la forma que se regula esta industria. Aunque la legislación propuesta incluye todo tipo de temas relacionados a la protección/restricción de contenido (DRM), la pieza no incluye ningún tipo de salvaguarda para asegurar la neutralidad de la red. Esto deja entrever que los cabilderos en contra de la neutralidad están logrando su propósito.

¿Qué se puede hacer?

Se puede ayudar de varias formas:

Como dice Om Malik, este problema es uno específico para Estados Unidos, pero acá en Puerto Rico, para bien o para mal, nuestra industria de telecomunicaciones está regulada por la FCC, así que el tema nos afecta.